Orden: Scorpionida
Buscando gecos Saurodactylus en el Sur de Marruecos aprendí que hay que ser precavido sobre donde se mete la mano o dónde se sienta uno en el suelo. Podemos encontrarnos con criaturas de aspecto tan poco tranquilizador como la de la foto. No sé que les dan de comer allí a los escorpiones que se crían enormes.
A diferencia de los relativamente inocuos escorpiones Buthus nativos de la Península Ibérica, en Marruecos son varias las especies de escorpiones que pueden suponer un riesgo serio, más teniendo en cuenta las deficientes infraestructuras de las zonas más remotas de país, donde que un helicoptero aparezca para rescatar a un accidentado es pura ciencia-ficción, y donde la ambulancia más próxima puede estar a varias horas por una serpenteante carretera de montaña. Por tanto, lo más sensato es andarse con ojo y tratar con el respeto que se merecen a estos encantadores animalitos. Bueno, en realidad debemos tratar con respeto a todos los animalitos y plantas, no me cansaré de repetirlo.
Por supuesto están también las serpientes, que en comparación dejan a nuestras víboras ibéricas como amorosos animales de compañía, pero estas son difíciles de encontrar, incluso buscándolas.
Los escorpiones en cambio están por todas partes y en abundancia. Así a ojo, el ratio de encuentros diría que fué de unos 25-30 escorpiones (entre amarillos y negros, grandes y pequeños) por cada geco.
Salvo que se trate de dimorfismo sexual, el de la foto es una especie diferente que el otro escorpión negro que publiqué.
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