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domingo, 3 de octubre de 2010

Almost White Background Series — Langosta egipcia (II): Tamaño aparente de la fuente de luz

Clase: Insecta
Orden: Orthoptera
Familia: Acrididae
Género: Anacridium
Especie: Anacridium aegyptium (Linnaeus, 1764)


Anacridium aegyptium
Sierra Nevada (Granada), septiembre 2010.

En la entrada anterior de esta serie decía que por fín había conseguido controlar los brillos en la cutícula del Anacridium gracias a una cosa llamada 'tamaño aparente de la fuente de luz'. Veamos un poco de qué se trata.

A la hora de iluminar un objeto, y un saltamontes es tan buen objeto como cualquier otro, lo que importa no es el tamaño de la fuente de luz, ni tampoco es cómo nosotros vemos a la fuente de luz, lo importante es cómo ve el objeto a la fuente de luz.

Por eso en fotografía se habla de 'tamaño aparente de la fuente de luz' porque no depende tanto del tamaño real de la fuente de luz sino del objeto iluminado y su 'percepción' subjetiva de ese tamaño. Entrecomillo la palabra percepción porque aunque un saltamontes tiene efectivamente percepción, esto es aplicable también a cualquier objeto inanimado.

El ejemplo que se pone siempre es muy claro (claro, por eso lo pondrán siempre de ejemplo), el Sol. El sol es una fuente de luz. Es una fuente de luz enorme y a nuestra escala, inagotable. Es una bola de fuego con un diámetro de casi millón y medio de kilómetros, unas 100 veces el diámetro de nuestro planeta. Sin embargo cuando en el mediodía de un día despejado fotografiamos un escarabajo con élitros brillantes, el sol aparece reflejado como un punto brillante. Si usamos un flash sin difusor, también aparece como un punto brillante sobre el caparazón del bicho. El flash mide unos centímetros, el sol millones de kilómetros, ambos aparecen como puntos sobre el escarabajo.

Lo que ocurre, como ya sospechará el lector, es que el Sol está más lejos de lo que somos capaces de imaginar, por lo que lo vemos pequeño (tamaño aparente) mientras que el flas está cerca, pero es realmente pequeño, por lo que lo vemos como es, pequeño (pero sigue siendo un tamaño aparente).

Un objeto iluminado por una fuente de luz tiene una parte iluminada, una parte en sombra y una parte de transición entre la parte iluminada y la parte en sombra. Cómo de ancha sea esa zona de transición determina que hablemos de luz blanda o luz dura.

Lo que determina que la luz sea blanda o dura es precisamente el tamaño aparente de la fuente de luz vista por el objeto. Así de simple. En la práctica, esto quiere decir que si tenemos una fuente de luz pequeña, pero situada lo suficientemente cerca de un objeto lo suficientemente pequeño como para que 'vea' la fuente de luz lo suficientemente grande, obtendremos una iluminación suave, con luz blanda y una zona de transición de las zonas iluminadas a las zonas en sombra ancha y gradual.

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