Orden: Squamata
Familia: Amphisbaenidae
Género: Blanus
Especie: Blanus cinereus (Vandelli, 1797)
Los anfisbénidos son un grupo de reptiles ápodos de hábitos subterráneos y vidas secretas. Casi todo en ellos es un misterio, incluido su origen. Su cuerpo es alargado como el de las serpientes, carecen de extremidades como las serpientes (excepto en el género Bipes, que presenta dos fuertes extremidades anteriores), y su cráneo está notablemente reforzado (en esto difieren de las serpientes). Dada su anatomía serpentiforme, lo lógico es pensar que estén más o menos estrechamente emparentados con estas.
El reciente descubrimiento en Alemania de un fósil de lagarto de 47 millones de años de antiguedad bautizado como Cryptolacerta hassiaca y que posee un gran cráneo que muestra características propias de los anfisbénidos, aporta la primera evidencia morfólógica de que lacértidos y anfisbénidos son monofiléticos, y que la elongación y pérdida de extremidades en anfisbénidos y serpientes se produjo de forma independiente, en un claro caso de evolución convergente.
Esta idea de que los Amphisbaenia y las serpientes, a pesar de sus evidentes similitudes anatómicas, no tenían un ancestro común, sino que habían evolucionado de forma independiente, ya había sido apuntada por los estudios genéticos, pero Cryptolacerta hassiaca viene a confirmar este escenario.
Cryptolacerta sería un reptil con cuerpo similar al de cualquier lacértido moderno, pero con el cráneo reforzado y los ojos pequeños, y que probablemente pasaría su vida alternando desplazamientos por la superficie con inmersiones entre la hojarasca o el suelo suelto, ayudado por su osificado y rígido cráneo. Esto parece indicar, que el primer paso dado por los anfisbénidos para conquistar la vida subterránea fue el refuerzo del cráneo, y que la pérdida de patas y elongación corporal se produjeron con posterioridad.
Blanus cinereus es el único anfisbénido presente en la Península Ibérica (se ha descrito una criptoespecie con las poblaciones suroccidentales, Blanus mariae, pero desconozco si ha sido aceptada o no). A partir de ahora y a pesar de su aspecto, cuando lo veamos ya podemos afirmar con convicción que es un primo lejano de las lagartijas que corretean por las paredes, y no tiene nada que ver con la culebras, a pesar de su nombre: "culebrilla ciega".
Referencia: Muller, Hipsley, Head, Kardjilov, Hilger, Wuttke & Reisz. 2011. Eocene lizard from Germany reveals amphisbaenian origins. Nature 473, 364–367 (19 May 2011) http://dx.doi.org/10.1038/nature09919