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lunes, 21 de enero de 2008

La primavera ha llegado


20 de enero de 2008, los campos están cubiertos de flores. Hay extensas áreas tapizadas por las amarillas flores de las crucíferas, pero también hay multitud de compuestas, pequeñas margaritas y dientes de león, y pequeñas flores moradas.


Da la impresión de que la primavera ha llegando y con fuerza.

Ignoro si es normal que haya tantas flores en estas fechas o es otro signo apocalíptico del calentamiento planetario.

A menudo se afirman cosas alegremente sin fundamentarlas en observaciones fiables o sin tener mucha idea de lo que se habla. Por ejemplo, las televisiones y periódicos dan como noticia que el calentamiento global ha provocado que las cigüeñas dejen de emigrar a tierras africanas en el invierno. A mi me parece, sin ser ningún experto, que las cigüeñas, que son animales de sangre caliente y cubiertos de plumas, nunca han emigrado a causa de frío, sino por la ausencia invernal de ranas, culebras y demás alimañas de las que se alimentan y que en invierno se retiran a dormir su letargo, y que la razón por la que ahora se quedan, no es porque haga menos frío, sino porque encuentran en los vertederos municipales una fuente inagotable de alimentos. Sin embargo, últimamente el calentamiento global parece estar detrás de todos los males presentes y futuros de la humanidad.

Estoy convencido de que el clima se está haciendo más cálido. Hay pruebas por todas partes de que el calentamiento global es una realidad desde hace unos cuantos miles de años. Más dudas tengo, y por eso ni lo afirmo ni lo niego, respecto al calentamiento global antropogénico.

Osea, la duda no es si el clima se está haciendo cada vez más cálido, que es un hecho demostrado, sino si la actividad industrial humana ha acelerado en las últimas décadas este proceso natural. Aquí las cosas no están claras. El tema es muy complejo, y lo único que se puede decir con honradez es que sabemos muy poco de cómo funciona el clima para poder afirmarlo o negarlo. Los científicos no se aclaran, y salen sin parar estudios y modelos informáticos que demuestran tanto una posición como la contraria, y que ademas siempre coinciden con la opinión del que los ha diseñado.

Un aumento de la concentración de CO2 tendría como consecuencia el aumento de temperatura, pero también es cierto que un aumento de temperatura provocaría la liberación de CO2 por los océanos y como consecuencia el aumento en la concentración de CO2 en la atmósfera. Osea, que la supuesta causa bien podría ser en realidad el efecto.

Que en el estado actual de conocimiento no se pueda afirmar que ocurre no significa que no esté ocurriendo realmente, y si está ocurriendo realmente, va a tener consecuencias.

Alguna gente se preocupa por el futuro de millones de especies de plantas y animales ante el cataclismo climático que los profetas auguran. Pero ¿realmente están las especies tan desprotegidas?

Por poner un ejemplo, las libélulas volaban sobre los pantanos millones de años antes de que el primer dinosaurio pisase la tierra, y siguen volando 65 millones de años después de que el último dinosaurio mordiese el polvo. Fuera lo que fuera lo que extinguió a los dinosaurios de la faz de la Tierra, las libélulas supieron superarlo sin problemas. Y como ellas, el resto de grupos de insectos. Los insectos son profesionales de la supervivencia. Puede que desaparezcan miles de especies, pero como grupo, si caen, podemos estar seguros de que serán los últimos en caer.

Es por nuestro futuro por el que en realidad deberíamos preocuparnos, si no queremos que las libélulas sigan volando millones de años después de que la humanidad se haya extinguido.

2 comentarios:

  1. El calentamiento global es un hecho y la clase política y dirigentes internacionales deben afrontar este problema y buscar soluciones de inmediato.

    un saludo.

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  2. ipecan, el problema es que el calentamiento global es un problema a largo plazo, y los políticos piensan a cuatro años vista, o lo que dure su legislatura en su país... ellos piensan ¿se puede arreglar el calentamiento global en cuatro años? no, pues no nos interesa...

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