Buscar en macroinstantes

miércoles, 23 de enero de 2008

Peor destino que la muerte

Clase: Insecta
Orden: Hymenoptera
Familia: Vespidae


La foto está un poco trepidada pero la publico porque creo que tiene cierto valor documental.

En un post anterior mostré una foto de una avispa alfarera recogiendo agua para hacer barro. En esta ocasión, una avispa alfarera, de una especie distinta a la del otro post, transporta una oruga.

La historia es la siguiente: la avispa alfarera recoge agua y tierra y hace barro. Con el barro construye unas vasijas con forma de pequeños jarrones. Después se va de caza. Las avispas alfareras buscan orugas, de las que no tienen pelos, y cuando las encuentran les clavan su aguijón y les inyectan veneno. Este veneno no es mortal, sino paralizante. La oruga sigue viva, pero no puede moverse. Después es transportada hasta el jarroncito que la avispa construyó antes de salir de caza. Cuando el jarroncito contiene varias orugas, vivas pero inmovilizadas por el veneno, la avispa deposita dentro un huevo y sella la entrada de la vasija con barro.

Dentro de esta vasija de los horrores, varias orugas vivas e incapaces de moverse esperan a que el huevo de la avispa eclosione y de él salga una pequeña larva carnívora. Ese escenario infernal desde el punto de vista de las orugas, debe parecerle el paraíso a la joven larva de avispa alfarera. Protegida dentro de una confortable construcción de sólido barro, se encuentra con una despensa de carne fresca. Aquí se ve la genial adaptación que supone que el veneno no sea mortal. Si la avispa madre rellenara el nido con orugas muertas, sus cadáveres se secarían o descompondrían antes de que su larva tuviera tiempo de comérselas. Sin embargo, mientras la larva de avispa se come a una de las orugas, las otras se mantienen vivas, limitándose a respirar y a alimentarse de sus reservas de grasa (dada la inmovilidad forzosa, su gasto energético es mínimo) mientras esperan su turno para ser devoradas.

Esta estrategia para proporcionar comida 'que se mantiene fresca' a la prole es más común de lo que pueda parecer. Otras familias de avispas hacen algo parecido, pero rellenando los nidos con arañas paralizadas.

Pero en algunos casos llegan a un nivel de sofisticación extraordinario.

Al parecer, algunas avispas que entierran arañas inmovilizadas en cámaras excavadas en el suelo, han calibrado su veneno de forma tan precisa, que las arañas enterradas recuperan parte de su movilidad antes de que eclosionen los huevos de la avispa. Como una especie de arañas zombificadas, recuperan únicamente la capacidad para andar lentamente, como si estuvieran drogadas, y para segregar seda. Y se dedican a caminar por la cámara dejando tras de si un rastro de seda. Para cuando las larvas de la avispa eclosionen y comiencen a devorar a las arañas, éstas habrán recubierto las paredes de la cavidad que la avispa madre excavó con una capa de seda que refuerza la estructura y la impermeabiliza, proporcionando a las larvas que las devorarán vivas
un mejor refugio que el que su propia madre habría podido construir.

4 comentarios:

  1. Estupenda descripción.
    A mi me hace pensar en las hipotecas.

    ResponderEliminar
  2. Hermoso y cruel.

    he puesto un enlace en mi blog
    saludos

    http://acerdeira.wordpress.com/

    http://untalmarra.wordpress.com/

    ResponderEliminar
  3. Gracias, a los dos.

    ResponderEliminar
  4. Buenas señor 'macro', como me gustaria echarles el objetivo a alguna de estas simpaticas avispas.

    Me encanto el relato.

    -th

    ResponderEliminar