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viernes, 25 de julio de 2008

Fotografiando endemismos

Clase: Magnoliopsida
Orden: Asterales
Familia: Asteraceae
Género: Leucanthemopsis
Especie: Leucanthemopsis pectinata (L.) G. López & C.E. Jarvis


En la foto que ilustra esta entrada puede verse una flor de Leucanthemopsis pectinata, endemismo de las cumbres de Sierra Nevada fotografíado a 2800 metros de altitud. Pero hoy voy a contar la historia de como se hizo la foto de otro endemismo característico de estas mismas montañas.

Hasta el 31 de agosto puede visitarse en el ZooAcuarium de Madrid la exposición de fotografía organizada por InsectariumVirtual y patrocinada por Dinasa y el ZooAcuarium. En ella se puede disfrutar de 46 fotografías de gran formato representativas de la fauna de invertebrados ibéricos, entre las que se incluye una de las fotos publicadas en este blog.

La foto seleccionada muestra una Parnassius apollo nevadensis posada sobre las pequeñas flores de color rosa de una de las escasas plantas (creo que se trata de Hormathophylla spinosa, aunque no estoy seguro) que crecen dispersas entre los canchales a 2500 metros de altitud en las zonas más altas de Sierra Nevada, pobladas de endemismos y rarezas botánicas.

La foto en sí no es de las que más me gustan pero le tengo aprecio por el considerable esfuerzo que me supuso el realizarla. En cuatro ocasiones tuve que subir hasta los desolados paisajes de alta montaña en busca de la esquiva apolo de Sierra Nevada.

Mi primera búsqueda fué infructuosa. Sabía que era la época de vuelo porque charlando con un guarda del Parque me había dicho que estaban volando ya en el Puerto de la Ragua, zona que por motivos logísticos quedaba fuera de mi alcance. Mi búsqueda se centró en la zona en donde precisamente se describió la subespecie, debido a que quedaba mucho más accesible, a 40 minutos en coche más 30 minutos andando. Sin embargo el primer día de búsqueda no ví, como digo, ninguna apolo, a pesar de que la climatología no podía ser más favorable.

En el segundo intento, cinco días después, avisté varios ejemplares. Su tamaño y su forma de volar la hacen inconfundible incluso a gran distancia.

Una vez que hube localizado la colonia la tarea no habia hecho sino comenzar. Ahora había que fotografíar un ejemplar. La alegría de haberlas encontrado dió paso con el transcurrir de las horas a la frustración de no poder disparar ni una sola vez. Todas los individuos que veía pasaban volando ascendiendo o descendiendo incansables las empinadas laderas de las predrizas sin detenerse en ningún momento. El segundo intento terminó sin disparar ni una sola foto.

En el tercer intento, cuatro días después del segundo, un solitario macho que vi pasar a gran distancia y que se perdió en el horizonte fue lo único que ví tras un par de horas de recorrer la zona. Temí que la epoca de vuelo estuviera tocando a su fin y ya no tuviera otra oportunidad hasta el siguiente año.

A punto estuve de no volver al lugar, pero un par de días después decidí quemar el último cartucho. La climatología era la peor con diferencia de cuantos días había subido, y un viento frío obligaba a llevar puesto el forro polar. Tras recorrer la zona sin ver ninguna y con pocas esperanzas de hacerlo, ya de regreso, justo cuando el sol desaparecía tras las montañas y la temperatura sufría un brusco descenso, la ví. Posada en un matojo cubierto de diminutas florecillas rosas y francamente lenta de reflejos a causa del frío, una espectacular Parnassius nevadensis. La increíble suerte fue encontrarla en un estado de hipotermia que le impedía incluso volar. Tras acercarme con extrema prudencia y hacerle unas fotos, comprobé que el cuidado no era necesario porque no iba a ir a ninguna parte. Le hice una sesión de fotos a placer, con flash porque ya no había suficiente luz y sin difusor porque no lo había llevado. Tanto me pude acercar, que hasta hice una foto llenando completamente el encuadre con su ala posterior.

3 comentarios:

  1. Enhorabuena por tu foto en esa exposición Javier, te lo mereces, ya lo creo.

    Un saludo.

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  2. Recuerdo la foto, felicidades !
    También es una buena historia.

    El verano del año próximo espero poder visitar por fin Sierra Nevada.

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  3. Enhorabuena. El tesón siempre tiene recompensa!!!!

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